GANDUL
ALBERTO MARTÍN-ARAGÓN
Convertirse en un fámulo del caos y de la insensibilidad es algo que puede resultar conveniente y hasta lógico en un mundo dominado por élites nihilistas y sociópatas. Esta breve y fulgurante novela expone y describe el espíritu de siniestra pedantería que preside el fin de una civilización.
En Gandul el apocalipsis no es más que una ceremonia de superficialidades y de histrionismos donde lo sustancial solo parece residir en el olvido y en el silencio.
Merced a un osado manejo de la elipsis y a unos diálogos mordaces e insolentes, Alberto Martín-Aragón nos arrastra al interior de un parque de tragicómicas pesadillas donde el ser humano debe lidiar con los espectáculos de su involución y de su primitivismo.
ALBERTO MARTÍN-ARAGÓN
Convertirse en un fámulo del caos y de la insensibilidad es algo que puede resultar conveniente y hasta lógico en un mundo dominado por élites nihilistas y sociópatas. Esta breve y fulgurante novela expone y describe el espíritu de siniestra pedantería que preside el fin de una civilización.
En Gandul el apocalipsis no es más que una ceremonia de superficialidades y de histrionismos donde lo sustancial solo parece residir en el olvido y en el silencio.
Merced a un osado manejo de la elipsis y a unos diálogos mordaces e insolentes, Alberto Martín-Aragón nos arrastra al interior de un parque de tragicómicas pesadillas donde el ser humano debe lidiar con los espectáculos de su involución y de su primitivismo.
ALBERTO MARTÍN-ARAGÓN
Convertirse en un fámulo del caos y de la insensibilidad es algo que puede resultar conveniente y hasta lógico en un mundo dominado por élites nihilistas y sociópatas. Esta breve y fulgurante novela expone y describe el espíritu de siniestra pedantería que preside el fin de una civilización.
En Gandul el apocalipsis no es más que una ceremonia de superficialidades y de histrionismos donde lo sustancial solo parece residir en el olvido y en el silencio.
Merced a un osado manejo de la elipsis y a unos diálogos mordaces e insolentes, Alberto Martín-Aragón nos arrastra al interior de un parque de tragicómicas pesadillas donde el ser humano debe lidiar con los espectáculos de su involución y de su primitivismo.