EL FRAGMENTO Y LA SANGRE

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OMAR ICHAF

Retratar los pensamientos en su forma más elemental.

El cuento, el poema o la novela no nacen como una narrativa estructurada en la cabeza, nacen como un esbozo espontaneo, que después de mucho trabajo termina formando un desarrollo coherente. Un proceso antinatural.

En un intento por construir un ideal unos cimientos inacabados se convierten en escombros mucho antes de poder ser un edificio, Stonehenge imitado, en su incompletitud se alza el misterio de lo que pudo haber sido, nuestra imaginación lo completa: tal vez un ritual ancestral, una escultura moldeada por gigantes, una exactitud de la naturaleza, una herramienta utilitaria que le escapó a su procedimiento.

Nacer en el relato, morir en el fragmento.

Meras incontinencias mentales, susurros metafísicos, borrones de absoluto. El cerebro es una víscera enredada, llamamos a sus excreciones ideas.

Desangrarse, es otra forma - la más cruel - de expresarse.

Propongo el niño que llevo fuera, el monstruo que habita dentro y la sangre que ronda arterias del cuerpo que llevo puesto.

Se le atribuye a Emil Cioran la frase “Llevo el fragmento en la Sangre”, para sintetizar su incapacidad de escribir en otra forma, porque adecuarse a un sistema ideológico era también encerrarse en él para hacerlo funcionar. Lo fragmentado es también liberación.

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OMAR ICHAF

Retratar los pensamientos en su forma más elemental.

El cuento, el poema o la novela no nacen como una narrativa estructurada en la cabeza, nacen como un esbozo espontaneo, que después de mucho trabajo termina formando un desarrollo coherente. Un proceso antinatural.

En un intento por construir un ideal unos cimientos inacabados se convierten en escombros mucho antes de poder ser un edificio, Stonehenge imitado, en su incompletitud se alza el misterio de lo que pudo haber sido, nuestra imaginación lo completa: tal vez un ritual ancestral, una escultura moldeada por gigantes, una exactitud de la naturaleza, una herramienta utilitaria que le escapó a su procedimiento.

Nacer en el relato, morir en el fragmento.

Meras incontinencias mentales, susurros metafísicos, borrones de absoluto. El cerebro es una víscera enredada, llamamos a sus excreciones ideas.

Desangrarse, es otra forma - la más cruel - de expresarse.

Propongo el niño que llevo fuera, el monstruo que habita dentro y la sangre que ronda arterias del cuerpo que llevo puesto.

Se le atribuye a Emil Cioran la frase “Llevo el fragmento en la Sangre”, para sintetizar su incapacidad de escribir en otra forma, porque adecuarse a un sistema ideológico era también encerrarse en él para hacerlo funcionar. Lo fragmentado es también liberación.

OMAR ICHAF

Retratar los pensamientos en su forma más elemental.

El cuento, el poema o la novela no nacen como una narrativa estructurada en la cabeza, nacen como un esbozo espontaneo, que después de mucho trabajo termina formando un desarrollo coherente. Un proceso antinatural.

En un intento por construir un ideal unos cimientos inacabados se convierten en escombros mucho antes de poder ser un edificio, Stonehenge imitado, en su incompletitud se alza el misterio de lo que pudo haber sido, nuestra imaginación lo completa: tal vez un ritual ancestral, una escultura moldeada por gigantes, una exactitud de la naturaleza, una herramienta utilitaria que le escapó a su procedimiento.

Nacer en el relato, morir en el fragmento.

Meras incontinencias mentales, susurros metafísicos, borrones de absoluto. El cerebro es una víscera enredada, llamamos a sus excreciones ideas.

Desangrarse, es otra forma - la más cruel - de expresarse.

Propongo el niño que llevo fuera, el monstruo que habita dentro y la sangre que ronda arterias del cuerpo que llevo puesto.

Se le atribuye a Emil Cioran la frase “Llevo el fragmento en la Sangre”, para sintetizar su incapacidad de escribir en otra forma, porque adecuarse a un sistema ideológico era también encerrarse en él para hacerlo funcionar. Lo fragmentado es también liberación.