AMOR SIN TIEMPO, EL RELÁMPAGO.
DELIA NAVAS GUZMÁN
¿Quién no guarda en lo más profundo de su corazón algún secreto de amor?
¿Quién no posee alguna experiencia insólita, quién no vivió lo suficiente para sufrir o gozar algo que sólo se puede confiar a la literatura?
Más allá de la moral y de las costumbres, de lo admitido socialmente y de lo frecuente, la vida galante de los humanos constituye una de las facetas más ricas y a su vez menos conocida de nuestra existencia.
¿Quién no ha viajado alguna vez impulsado por las alas de la fantasía?
¿Quién se sustrajo al poder evocador del ensueño y no se abandonó libremente a su imaginación, violando las fronteras y los límites de la razón y de los códigos morales?
La vida galante de la humanidad ha sido, es y será un tema inagotable.
Jamás hablaremos o escribiremos suficiente sobre ello.
Y siempre habrá algún valiente que se atreva a romper esas barreras para dar a conocer a los demás las experiencias vividas e imaginadas, propias y ajenas.
DELIA NAVAS GUZMÁN
¿Quién no guarda en lo más profundo de su corazón algún secreto de amor?
¿Quién no posee alguna experiencia insólita, quién no vivió lo suficiente para sufrir o gozar algo que sólo se puede confiar a la literatura?
Más allá de la moral y de las costumbres, de lo admitido socialmente y de lo frecuente, la vida galante de los humanos constituye una de las facetas más ricas y a su vez menos conocida de nuestra existencia.
¿Quién no ha viajado alguna vez impulsado por las alas de la fantasía?
¿Quién se sustrajo al poder evocador del ensueño y no se abandonó libremente a su imaginación, violando las fronteras y los límites de la razón y de los códigos morales?
La vida galante de la humanidad ha sido, es y será un tema inagotable.
Jamás hablaremos o escribiremos suficiente sobre ello.
Y siempre habrá algún valiente que se atreva a romper esas barreras para dar a conocer a los demás las experiencias vividas e imaginadas, propias y ajenas.
DELIA NAVAS GUZMÁN
¿Quién no guarda en lo más profundo de su corazón algún secreto de amor?
¿Quién no posee alguna experiencia insólita, quién no vivió lo suficiente para sufrir o gozar algo que sólo se puede confiar a la literatura?
Más allá de la moral y de las costumbres, de lo admitido socialmente y de lo frecuente, la vida galante de los humanos constituye una de las facetas más ricas y a su vez menos conocida de nuestra existencia.
¿Quién no ha viajado alguna vez impulsado por las alas de la fantasía?
¿Quién se sustrajo al poder evocador del ensueño y no se abandonó libremente a su imaginación, violando las fronteras y los límites de la razón y de los códigos morales?
La vida galante de la humanidad ha sido, es y será un tema inagotable.
Jamás hablaremos o escribiremos suficiente sobre ello.
Y siempre habrá algún valiente que se atreva a romper esas barreras para dar a conocer a los demás las experiencias vividas e imaginadas, propias y ajenas.